lunes, 29 de diciembre de 2014

10 árboles que debería haber en el Parque de Abelardo Sánchez

    En el Parque de Abelardo Sánchez, el "pulmón de la ciudad", podemos encontrar diversas especies de árboles, algunas procedentes de la plantación inicial del parque (año 1911), como todos los  grandes pinos carrascos, y otros que se han ido plantando poco a poco durante el siglo XX, como los plátanos de sombra, algún madroño, almeces y moreras. Durante la última remodelación del parque, entre 2011 y 2012, se talaron casi 400 pinos debido al peligro de caída. Sería conveniente eliminar algunas especies que presenten aspecto desfavorable o no aclimatadas correctamente, así como las no autóctonas, como el ailanto (Ailanthus altissima), ampliamente plantado -incluso recientemente-, a pesar de encontrarse en el Catálogo Español de Especies Invasoras, aprobado por Real Decreto 1628/2011 de 14 de noviembre, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
    Pero, ¿por qué plantar especies autóctonas? ¿Qué beneficio tiene plantar especies presentes en nuestros bosques? ¿Qué ventajas tendría el plantar árboles autóctonos en nuestro Parque?
    Plantar más árboles autóctonos tendría varios beneficios de los que todos los ciudadanos de Albacete así como sus visitantes podríamos disfrutar, entre ellos:

-Reducción de riego y, por ende, menos gasto (€) en agua.
-Escaso mantenimiento. Las especies autóctonas están aclimatadas a nuestra zona, con lo cual pueden sobrevivir periodos de sequía o fríos invernales.
-Mayor duración. La probabilidad de sufrir enfermedades se reduce. 
-La plantación de especies autóctonas puede servir para algunos ejercicios de educación ambiental. Se podrían realizar visitas guiadas en el Parque para conocer estas plantas y "correr la voz" sobre los beneficios que supone plantar autóctonas. Enseñar a reconocer las plantas nativas de nuestra zona ayuda a crear conciencia para proteger nuestros ecosistemas.
-Mejor integración en el paisaje.
-Las especies autóctonas también aportan belleza en entornos ajardinados, como veremos.
-Las especies autóctonas que se planten también ayudarán a la fauna del Parque, como ardillas, aves e insectos, proporcionándoles, sobre todo, alimento.

    10 especies de árboles que convendría plantar en el Parque de Abelardo Sánchez

1. Pino laricio (Pinus nigra subsp. salzmannii)
    El pino laricio es un árbol común en las Sierras del Sur de la provincia, es un árbol muy representativo de Albacete. Pueden llegar a vivir más de mil años. Su corteza grisácea, plateada de lejos, es bastante decorativa. Sus piñas son bastante pequeñas, amarillentas, oscuras en el interior. Vive en suelos calizos.

2. Encina (Quercus ilex subsp. ballota = Quercus rotundifolia)
    Otra especie representativa de nuestro clima mediterráneo. Árbol muy común en toda España, y en Albacete no iba a ser menos. Aparece en todas las zonas, desde la planicie manchega hasta las Sierras. Sus hojas, verdes oscuras, pilosas por el envés, son perennes (no las pierden en otoño). La floración se produce en primavera, apareciendo las bellotas en otoño, que son consumidas por numerosos animales como las ardillas o los arrendajos.

3. Quejigo (Quercus faginea)
    Un árbol cada vez menos común, antaño muy abundante en casi toda la provincia. Resistente a la sequía, este árbol, parecido a la encina, sí pierde las hojas en invierno, en un proceso que se conoce como "marcescencia", es decir: en otoño, las hojas se secan pero no caen hasta la primavera siguiente, cuando las yemas empujan. Produce bellotas que son aprovechadas por los animales.

4. Fresno de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia)
    Otro árbol representativo, esta vez de nuestras zonas riparias. Crece cerca de ríos o en valles húmedos, pero también se utiliza como árbol ornamental. En la ciudad encontramos varios plantados, pero no hay en el Parque. En otoño, sus hojas se tornan amarillas. Si se plantaran en el Parque, añadirían una nota más de color, adornando con sus hojas compuestas las tardes de otoño.

5. Mostajo (Sorbus aria)
    Una rosácea común en valles y junto a ríos en las Sierras del sur de Albacete, plantado también como ornamental en algunos jardines privados. En primavera, produce ramilletes de flores olorosas que atraen insectos, y en otoño, sus frutos rojos alimentan a las aves invernantes, además de añadir una nota de color en otoño gracias a sus hojas caducas.

6. Espino albar (Crataegus monogyna)
    No se entiende un jardín sin este árbol o arbusto tan decorativo. Sus hojas tienen forma aserrada y son caducas, se vuelven amarillas en otoño. En primavera producen grandes floraciones de corimbos blancos, olorosos y muy decorativos. En arbustos grandes llegan a cubrir la copa entera, volviéndola amarilla. A finales de verano producen frutos rojos que son aprovechados por muchas aves, como mirlos, zorzales y estorninos. En la Sierra de Segura hay un endemismo (solo aparece en esa zona) muy parecido, de hojas vellosas, llamado Crataegus laciniata.

7. Peral europeo (Pyrus communis)
    Árbol muy decorativo, de hojas caducas de forma acorazonada, floración en ramilletes blancos decorativos en abril o mayo. Se puede utilizar como árbol de sombra.

8. Almendro (Prunus dulcis)
    No hay árboles frutales más representativos de Albacete como el almendro y el nogal. El almendro florece cuando se acerca la primavera, generalmente en febrero o marzo. Las flores cubren toda la copa, tiñéndolo de color blanco y posteriormente rosado. Las almendras son aprovechadas también por diversos animales. Las claras hojas verdes, decorativas, sirven también para alimentar a las orugas de la mariposa chupaleches. Se puede utilizar como árbol decorativo y de sombra, por ejemplo, junto a bancos o en placetas. Las gentes de Albacete tienen especial cariño por el almendro.

9. Nogal (Juglans regia)
    Los grandes nogales muy característicos de toda la provincia, en especial de las plantaciones de las Sierras del Sur y el valle del Júcar, son muy decorativos y longevos, además, resisten heladas y calores. Sus hojas se tornan amarillas en otoño. Se pueden utilizar como árboles de sombra. Produce nueces comestibles.

10. Arce granatense (Acer opalus subsp. granatense)
    El arce granatense es una joya de la flora ibérica. En nuestra provincia lo podemos encontrar ampliamente distribuido en las Sierras de Alcaraz y Segura, junto a arroyos o en valles, y en algunos enclaves del Júcar. Muy decorativo como árbol aislado en céspedes o junto a fuentes, o para dar sombra. Sus hojas se vuelven amarillentas o rojas en otoño, siendo uno de los árboles autóctonos ibéricos más decorativos, apostar por esta especie es un éxito asegurado.

    Por supuesto, también se podrían acompañar con arbustos como el romero, la jara blanca, el durillo, la cornicabra... aunque algunos ya están presentes en parterres y rocallas.

Desde el blog "Árboles de Albacete", esperamos que las autoridades encargadas del mantenimiento de nuestro "pulmón verde" tengan en cuenta nuestra propuesta de especies y se animen a llevarla a cabo, tal vez realizando plantaciones con niños, para convencerles sobre la importancia de plantar árboles y arbustos autóctonos, propios de nuestro clima, es decir, crear conciencia, del mismo modo en que se hizo cuando se plantó el propio Parque de Abelardo Sánchez.

martes, 12 de agosto de 2014

Plátano de sombra (Platanus x hispanica)

    El plátano de sombra (Platanus x hispanica, P. x hybrida o P. x hispanica) es el árbol grande más plantado y conocido de las calles de la ciudad de Albacete, por eso lo hemos elegido para nuestra primera entrada. ¿Quién no se ha deleitado con los colores otoñales que sus hojas otorgan al Parque en noviembre? ¿Qué joven no se ha entretenido mientras caminaba por la Avenida de España, pateando la alfombra de hojas de plátano secas y alegrándose con los montones que se van acumulando sobre sus pies? 
Paseo central del Parque de Abelardo Sánchez, flanqueado por plátanos de sombra. Verano.
El mismo paseo, en otoño.
    El origen de este híbrido es incierto. Algunos dicen que apareció en España en el siglo XVII (c. 1650), otros comentan su posible origen en las Islas Británicas. Supuestamente, en España se plantaron dos individuos de las especies parentales (Platanus orientalis y P. occidentalis) juntos y tiempo después, comenzaron a surgir individuos del tipo que comentamos aquí. Actualmente se considera que apareció en el Norte de la Península o en el Sur de Francia.
Hojas nuevas de plátano de sombra.
    La copa, cuando no se poda, es amplia, globosa. Sus hojas son caducas y glabras, tienen forma palmatífida, similares a las de los arces pero de tacto menos rugoso, son alternas y estipuladas.
    Puede superar los 30 metros de altura. Las ramas, en algunos municipios españoles, se podan y unen, soldándose a modo de tejadillos. En nuestra ciudad no hay ejemplares arreglados de este modo. La corteza en los individuos jóvenes y de mediana edad, es de color verdoso o blanquecina, con escamas que se desprenden, dejando al descubierto otros colores, como el blanco o el amarillo, lo cual le otorga un tronco multicolor. Los individuos más añosos tienen la corteza agrietada y pardusca.
Corteza de un plátano de sombra del Parque de Abelardo Sánchez.
   Florece en primavera, siendo conocido por las alergias que causa en algunas personas sensibles. Las inflorescencias femeninas son globosas, capituliformes, largamente pedunculadas y en grupos de 2. Flores femeninas con perianto doble, sepaloideo, con 3-9 carpelos libres, las masculinas con entre 4 y 8 estambres. Las flores aparecen al mismo tiempo que las hojas, y el fruto, que es un aquenio gordo y peludo, pasa el invierno en el árbol, adornándolo como si fueran bolas de Navidad. Su madera es fuerte y se emplea en carpintería. Puede superar los 300 años.
Plátanos de sombra de la Avenida de España en invierno.
     Resisten bien las podas, aunque se han de evitar las cortas extremas, aunque nuestro Ayuntamiento las consienta, como es el caso de los ejemplares de la foto inferior, hace pocos años en el paseo de la Feria:
Por suerte, se recuperan rápido.
    No se reproduce bien por semilla, aunque si se desean las características físicas de un ejemplar, es posible hacerlo también por estaquillas, cortando una rama pequeña del año en invierno y clavándola en sustrato húmedo. Se ha plantado mucho en todas las ciudades de España, ya que resiste bien la contaminación y la sequía, siendo árbol común en las plazas importantes de los pueblos, a la entrada de municipios y se ha naturalizado en algunos lugares cercanos a aguas corrientes. También para dar sombra en cunetas, es el caso de algunos ejemplares que podemos observar saliendo de Albacete por la carretera de las Peñas de San Pedro. Los mejores y más altos ejemplares los encontramos en el Parque de Abelardo Sánchez y en sus alrededores. 
Parque de Abelardo Sánchez.
    En la famosa "punta" del Parque, junto al puesto de chucherías, hay un ejemplar aislado, también de importante altura, que ha sido podado poco o nada.
Alto plátano de sombra en la Punta del Parque.
     Otro de los más imponentes, por el grosor de sus ramas y tronco, crece al inicio de la calle Arquitecto Vandelvira, junto al Parque. 
Plátano de sombra al inicio de la calle Arquitecto Vandelvira.
El plátano vandelviresco.
Tronco del plátano de sombra de la calle Arquitecto Vandelvira.
    Otros ejemplares notables son los que rodean la Plaza de Gabriel Lodares.
Plátano de sombra junto a la sede del Ministerio de Defensa.
Plátanos de sombra. Plaza de Gabriel Lodares.